
Por qué el impacto de los influencers del dinero en los jóvenes y su salud mental puede ser nefasto
En este artículo analizamos el impacto de los influencers del dinero en los jóvenes y su salud mental, desde los cryptobros hasta los gurús de la autoayuda financiera más extrema. Mostraremos cómo su discurso de éxito fácil y ostentación se cruza con precariedad, falta de pensamiento crítico y vulnerabilidad emocional.
Hegel decía que algunos individuos condensan el espíritu de su época. En la suya, fueron Napoleón, Goethe, Beethoven. En la nuestra, pretenden serlo los influencers del dinero : flautistas de Hamelín que prometen “salir de la Matrix” a una audiencia —sobre todo hombres jóvenes— golpeada por precariedad, ansiedad y promesas rotas.
Y no hablemos de otras corrientes igualmente nefastas: Conspiranoicos, anti-vacunas , negacionistas de todo tipo, incels, anti-psiquiatría ,anarco-liberales ,fanáticos religiosos, Manosphere “Sigma/Alpha ,supremacistas de cualquier tipo…la lista parece alargarse eternamente .
Esto nos hace pensar que debe de ser agotador ser joven hoy: además de enfrentarse a un capitalismo salvaje que ofrece pocas vías reales de progreso, se enfrentan a un escaparate infinito de caminos equivocados. Opciones que prometen libertad, éxito o autenticidad, pero que en realidad son nuevas formas de dependencia, frustración y autoexigencia disfrazadas de elección.
Desde aquí empezamos a ver con más claridad el impacto de los influencers del dinero en los jóvenes y su salud mental, porque las condiciones materiales abren la puerta a estos discursos de atajo.
¿A quién atraen y por qué ahora?
Porque los sueldos no alcanzan, la vivienda es un muro, el trabajo es intermitente y el futuro se ve estrecho. En ese panorama, el atajo seduce. Ofrecen una explicación simple (“si no prosperas es porque no te levantas a las 5 a.m. y no haces burpees”) y una solución prefabricada: compra mi curso. Es un relato con culpable barato y salvación inmediata.
Además, para entender bien el impacto de los influencers del dinero en los jóvenes y su salud mental, conviene ver que su mensaje no es nuevo, sino la reedición de viejos mitos con estética de 2025.
Lo “nuevo” que es en realidad un reciclaje burdo
Se venden como disruptivos, pero reciclan ideas viejas y rancias:
- Social darwinismo de entrecasa: el fuerte merece ganar; el débil “se lo buscó”.
- Éxito = ostentación: deportivos, relojes, mansiones y mujeres como trofeo.
- Anti-academia: denostan la educación formal y elevan su curso a verdad revelada.
- Moralismo utilitarista: obediencia al jefe, cruzadas anti-masturbación y ahora un cristianismo exprés para barnizar de trascendencia.
Nada nuevo bajo el sol: “sé duro, posa fuerte, obedece y consume”, todo matizado con música de gimnasio y gran angular.
No nos engañemos: Parecen idiotas, pero son peor que eso. Son aprovechadores en busca de almas rotas.
Por eso, al revisar algunos nombres propios vemos ejemplos concretos del impacto de los influencers del dinero en los jóvenes y su salud mental, encarnados en figuras muy visibles.
Nombres propios y corrientes
No son clones, pero comparten guion:
- Andrew Tate: Su pensamiento incluye una visión machista y materialista donde las relaciones y las mujeres son vistas principalmente como activos o herramientas para la acumulación de poder y riqueza, enfatizando un individualismo extremo, la dominación y la explotación como medios para alcanzar la realización personal y económica. Tate representa una versión radical y modernizada de la masculinidad tóxica, basada en la competencia, la agresividad y la supremacía masculina, en rechazo a la libertad sexual femenina. Más performance que pensamiento, eso sin mencionar que Andrew y su hermano Tristan han sido acusados de 21 delitos penales por la Fiscalía de la Corona del Reino Unido, incluyendo violación, trata y control de la prostitución, así como lesiones corporales reales contra al menos tres mujeres y se está gestionando su extradición.
- Fenómeno Lladós (y equivalentes locales): Estética “hustle” en esteroides, blanqueamiento dental radioactivo , lambos alquilados , promesas de riqueza exprés y una narrativa basada en la culpabilización del alumno. El patrón es predecible: curso → comunidad → escalada de precios → y, si no te funciona, es porque tú no te has esforzado lo suficiente. Su discurso mezcla estoicismo mal digerido, espiritualidad secular y una especie de ascetismo productivista que niega cualquier forma de ocio o placer, presentándolo como el enemigo del crecimiento personal. Se vende como una filosofía moderna, cuando en realidad recicla fórmulas ya refutadas hace siglos. Como en la mayoría de los cultos o movimientos sectarios, se pierde de vista la humanidad: predican el olvido de uno mismo en nombre de un ideal de perfección inalcanzable. Cuando ese ideal no se logra, aparece la culpa. Y mientras tanto, él —cual gurú de garaje— denigra a sus seguidores mientras les vacía los bolsillos. Lo nunca visto… o más bien, lo de siempre.
- Cripto-show e inversión milagro y gurús de rendimiento financiero:: El universo de las memecoins, los NFTs , aquellos Inspirados en el modelo Cardone-like (“10X your life”), y los “traders” de TikTok o YouTube ha creado una nueva religión del éxito instantáneo. Prometen libertad financiera y la fantasía del lujo inmediato —el coche de alta gama, la vida de resort y el aura de ganador perpetuo— todo con un par de clics y mucho mindset.Y Cero análisis financiero . Se presentan como rebeldes contra el sistema, pero lo que venden no es descentralización, sino dependencia emocional: seguidores que confunden volatilidad con oportunidad y euforia con conocimiento. Cuando inevitablemente la burbuja estalla, la culpa no recae en el gurú ni en el modelo, sino en el alumno que “no creyó lo suficiente”. En vez de educación financiera, ofrecen espectáculo y fe —una mezcla peligrosa donde la esperanza se convierte en el principal activo especulativo. estos finfluencers viven de venderte el camino hacia la abundancia mientras facturan, sobre todo, con tus clics. Su retórica combina agresividad comercial, coaching emocional y promesas de rendimiento “espectacular”, con un disclaimer microscópico que básicamente dice: “si pierdes todo tu dinero, es tu problema”. Bajo el envoltorio de libertad y comunidad, operan como micro-sectas económicas donde el verdadero negocio no está en invertir, sino en reclutar nuevos creyentes. Muchos ya han sido sancionados o investigados por manipulación y publicidad engañosa, pero su magnetismo sigue intacto: apelan al miedo a quedarse atrás y al sueño universal de hacerse rico sin esfuerzo.
Sin embargo, el impacto de los influencers del dinero en los jóvenes y su salud mental no se explica sólo por quiénes son ellos, sino por cómo funciona el anzuelo psicológico que utilizan.
El anzuelo psicológico
- Precariedad crónica → necesitas sentir control en algún sitio.
- Fatiga informativa → agradeces relatos simples (héroe, villano, fórmula).
- Algoritmos → refuerzan lo que indigna o excita: más clics, más de lo mismo.
- Identidad en crisis → te ofrecen pertenencia: “hermandad”, “élite despierta”.
- Sesgos cognitivos → Hace que confundas exhibición con evidencia y casos aislados con norma.
Además, para comprender a fondo el impacto de los influencers del dinero en los jóvenes y su salud mental, hay que mirar más allá del algoritmo y entrar en la escuela y en cómo educamos.
Causas de fondo: más allá de lo social, un sistema educativo y familiar sin pensamiento crítico
La precariedad, la desigualdad y los algoritmos hambrientos de clics explican parte del fenómeno, pero hay otra pata que solemos ignorar: la ausencia de pensamiento crítico en la educación. A una generación entera se le enseñó a memorizar, no a cuestionar; a consumir información, no a analizarla. Muchos jóvenes nunca aprendieron a detectar falacias, sesgos cognitivos o promesas imposibles disfrazadas de “motivación”. Tampoco a leer un gráfico, diferenciar evidencia de anécdota o reconocer los incentivos detrás de cada mensaje: ¿quién gana si hago clic, si me inscribo, si compro?
Sin alfabetización mediática, financiera y digital, los discursos manipuladores entran sin resistencia. Así, frases como “la universidad te adormece; mi curso te despierta” o “el sistema no quiere que seas libre” suenan emancipadoras cuando en realidad son cebos de marketing emocional. Reforzar el pensamiento crítico —verificar fuentes, pedir datos, exigir mecanismos en lugar de lemas— es hoy una forma de higiene mental. Tan esencial para la salud psicológica como dormir bien o tener un presupuesto estable.
A partir de todo esto, se vuelve evidente el impacto de los influencers del dinero en los jóvenes y su salud mental, especialmente cuando su narrativa se integra en la identidad de quienes los siguen.
Efectos sobre la salud mental
- Ansiedad de rendimiento: nunca basta, nunca eres suficientemente bueno; si fallas, “es por flojo”.
- Comparación tóxica: la (falsa y superficial) vitrina ajena devora tu autoestima.
- Aislamiento: familia y amigos pasan a ser “los perdedores que no entienden”.
- Déficit de realidad: confundes disciplina con autoagresión y motivación con culpa.
- Ciclo culpa-gasto: compras el siguiente curso para “por fin” lograrlo; si no, más culpa.
Por otra parte, identificar señales de alarma permite cortar antes el impacto de los influencers del dinero en los jóvenes y su salud mental.
Señales de alarma
- Resultados garantizados y desprecio por los matices.
- Desacreditan la educación y sacralizan su método.
- Humillan a la audiencia (“si no te enriqueces, es tu culpa”) mientras venden el curso “nivel 2”.
- Confunden moral con dinero: si no compras sus productos, “no quieres mejorar”.
- Ostentación como argumento: coches, relojes, jets. Eso no es evidencia, por lo general son alquilados.Veamos como termina esta gente dentro de unos años.
En cambio, hay estrategias mucho más sanas para reducir el impacto de los influencers del dinero en los jóvenes y su salud mental y recuperar autonomía.
Qué hacer en vez de tragarte el cuento
- Higiene mental: depura tu dieta de “éxito” estridente. Silencia y limpia feeds.
- Educación financiera seria: Trabajo, ahorro con asesoramiento técnico serio, fondo de emergencia, , horizonte largo. Aburrido, sí. Pero es lo que funciona.
- Busca tu talento: Aquello que te gusta hacer y encuentra una manera de hacer dinero con ello.
- Pospón la recompensa: La educación, el trabajo y la constancia, siguen dando sus frutos, digan lo que digan algunos iluminados .
- Red de apoyo: pares reales y profesionales (y psicoterapia si hay ansiedad/depresión).
- Metas medibles: pequeñas, sostenidas, verificables. Nada de “en 90 días serás millonario”.
- Criterios éticos: si el método cosifica, denigra o miente, no es progreso; es regresión.
Finalmente, el impacto de los influencers del dinero en los jóvenes y su salud mental se agrava cuando estas ideas se mezclan con discursos políticos y culturales de fondo.
Política y cultura: por qué importan
No es un problema de individuos “ingenuos”. Hay condiciones materiales (precios, salarios, vivienda, deudas) y un ecosistema digital que premia lo extremo. Cuando esa narrativa se expande, el discurso se normaliza: Ese mini-autoritarismo puede pasar a ser aplicado a tu cuerpo, tu horario, tu pareja y tu dinero.
Esa ideología tosca y simplista no se limita ya al terreno del emprendimiento o la autoayuda: está colonizando también la política. Cada vez surgen más corrientes que se venden como “antisistema”, “nuevas” o “valientes”, pero que en realidad reciclan viejas fórmulas autoritarias y populistas disfrazadas de rebeldía. Prometen orden, fuerza y sentido común frente al caos, pero lo que ofrecen es intolerancia, odio al diferente, soluciones demasiado simplistas a problemas complejos y miedo. Son recetas rancias que ya demostraron su ineficacia —y su peligro— una y otra vez a lo largo de la historia. Lo más inquietante es su envoltorio: se presentan como la alternativa fresca, cuando en realidad son el mismo dogma de siempre, solo que con filtro de TikTok y música épica de fondo.
En conclusión
No estamos ante genios disruptivos, sino ante revendedores de dogmas viejos: fuerza sin fraternidad, riqueza sin proyecto, disciplina sin cuidado. Si buscas salud mental y estabilidad financiera, el camino es menos épico y más honesto: estructura, límites, evidencia, comunidad y tiempo.
Ellos venden humo; tú lo que necesitas es un mapa.
Artículos relacionados
Enlaces externos
- PLOS ONE – Fear of missing out, social media influencers, and the social, psychological, and financial wellbeing of young consumers
- European Financial Management – The impact of social media influencers on the financial markets
- Ontario Securities Commission – Social media and retail investing: the rise of finfluencers
- Cambridge Judge Business School – How crypto influencers manipulate vulnerable investors
- Harvard Business Review – How finfluencers can create risk for your company
- Carleton University – How social media influencers affect mental health
- Dublin City University – Understanding the Andrew Tate phenomenon among boys
- Child and Adolescent Mental Health (ACAMH) – What do we need to know about the manosphere and boys’ mental health?
- Investopedia – Social media influences one-third of new investors: many regret their financial choices
- Forbes – How social media affects our financial health: the good, the bad and the ugly
Absolutamente increíble, no suelo dejar comentarios pero la forma en la que describes la situación actual con respecto a los influencers del dinero me parece sublime, acertada e increíblemente honesta.
En un mundo donde se desprecia al ser humano, los únicos que lograrán el bienestar son aquellos que tengan fé en él, y demuestren mediante sus actos, el potencial infinito que tiene de causar un impacto positivo en su entorno.