Diego Carranza Psychiatrist

Vivimos pegados al móvil, a las notificaciones y al scroll infinito… pero ¿alguna vez te has preguntado si la raíz de la adicción digital va más allá de la psicología o la biología? 👉 Lee aquí una entrevista fascinante que abre nuevas perspectivas


La adicción digital: un síntoma de algo más profundo

Las redes sociales, los videojuegos y las apps no son simples herramientas. Están diseñadas para capturar nuestra atención y generar dependencia. Pero reducir el problema a “usar demasiado el móvil” es quedarse en la superficie.

El trasfondo es más inquietante: vivimos en una cosmotécnica desequilibrada, es decir, en una forma de tecnología que ha perdido su conexión con el cosmos, con un orden simbólico y ético que dé sentido a la vida.

¿Qué es la cosmotécnica?

El término cosmotécnica nos recuerda que la tecnología nunca es neutra: cada cultura la crea a partir de su propia visión del mundo.

  • En Occidente moderno, la técnica se ha construido sobre la idea de eficiencia, control y explotación.
  • En tradiciones como la china o en filosofías indígenas, la técnica buscaba equilibrio con la naturaleza y armonía con los ciclos vitales.

La adicción digital, desde esta mirada, no es un fallo accidental, sino el efecto natural de un sistema que convierte nuestra atención en mercancía.

El sujeto atrapado en la interfaz

La tecnología debería expandir nuestra libertad y creatividad. Sin embargo, las plataformas actuales funcionan como jaulas invisibles: moldean nuestra experiencia, programan nuestros deseos y limitan nuestra atención.

La adicción digital es el signo de que hemos dejado de co-crear nuestra relación con el mundo y nos hemos convertido en usuarios atrapados en arquitecturas técnicas pensadas para producir clics y reacciones automáticas.

🌱 Hacia una tecnología con sentido

¿La solución? No se trata de demonizar la tecnología, sino de reimaginarla.

Una cosmotécnica alternativa permitiría diseñar tecnologías:

  • Que promuevan pausa y contemplación en lugar de hiperactividad.
  • Que busquen cuidado y reciprocidad, no solo rendimiento.
  • Que estén inspiradas en cosmologías diversas, no en una lógica única de mercado.

Esto no significa volver al pasado, sino abrir la puerta a una modernidad múltiple, donde la tecnología no sea enemiga de la vida, sino su aliada.

Conclusión

La adicción digital no es solo un problema individual ni un exceso de uso. Es la señal de una crisis más profunda: la ruptura entre técnica y cosmos.

Repensar nuestra relación con la tecnología desde la cosmotécnica es una invitación a construir un futuro en el que las pantallas, en vez de robarnos el tiempo, nos devuelvan un sentido.

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