Diego Carranza Psychiatrist

🌈 ¿Una nueva era para la psiquiatría? Lo que los psicodélicos nos están enseñando sobre salud mental

El resurgir psicodélico: ¿moda o revolución terapéutica?

Tras décadas de estigmatización, psicodélicos como la psilocibina y el MDMA reaparecen como posibles aliados frente a depresión resistente, TEPT, ansiedad y adicciones. Los resultados preliminares sugieren cambios profundos tras una o dos sesiones en contextos clínicos y con apoyo psicoterapéutico.

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¿Qué los hace diferentes?

A diferencia de los antidepresivos diarios y de efecto gradual, los psicodélicos pueden producir beneficios significativos tras pocas sesiones, especialmente con preparación y acompañamiento terapéutico. Además de actuar sobre la neuroquímica, facilitan una experiencia introspectiva que ayuda a reprocesar traumas y patrones de pensamiento.

Ejemplo: en estudios con MDMA para TEPT, algunos pacientes reportan mayor apertura emocional y capacidad para revisar recuerdos traumáticos sin desbordarse.

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🚧 Los límites y problemas actuales

  • Muestras muy seleccionadas (se excluyen psicosis, alto riesgo suicida, ciertos TP).
  • Seguimientos breves: falta evidencia sólida a largo plazo y sobre recaídas.
  • Enmascaramiento difícil: es obvio para muchos participantes si recibieron un alucinógeno.
  • Poca estandarización en dosis, preparación y seguimiento.

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El debate del “viaje psicodélico”

¿Es imprescindible la experiencia subjetiva intensa para el beneficio terapéutico? Para algunos, sí: describen sesiones transformadoras. Otros sostienen que el efecto reside en los cambios neurobiológicos. Esto abre la puerta a psicodélicos no alucinógenos en el futuro (menos “subidón”, ¿mismo efecto?).

⚠️ Seguridad: luces y sombras

  • Trastornos perceptivos persistentes en personas susceptibles.
  • Ansiedad o paranoia si el contexto terapéutico es inadecuado.
  • Riesgos cardiovasculares (p. ej., con MDMA).
  • Mal uso fuera de entornos médicos.

Clave: profesionales formados y espacios seguros.

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El reto de llevarlo al sistema de salud

  • Formación específica para terapeutas.
  • Protocolos y regulaciones claras.
  • Centros adecuados y seguros.
  • Inclusión en sanidad pública o seguros.
  • Información rigurosa para reducir estigma.

Próximos pasos para la ciencia

  • Ensayos más grandes y diversos.
  • Estudios prolongados sobre eficacia y seguridad.
  • Estandarización de protocolos.
  • Integración con modelos psicoterapéuticos.
  • Explorar nuevas indicaciones (p. ej., neurodegenerativas).

Conclusión: ni milagro ni peligro, sino un nuevo camino

Los psicodélicos no son panacea ni amenaza: son herramientas potentes que exigen ciencia, ética y prudencia. Pueden aliviar sufrimientos profundos, incluso con pocas sesiones, siempre dentro de protocolos rigurosos y con acompañamiento profesional.

Quizá veamos consultas donde, con música suave y un terapeuta formado, el paciente explora su mente con una sustancia ancestral… y todo dentro de un entorno clínico seguro.


Adaptado del artículo original:

McIntyre, Roger S., Angela T. H. Kwan, Rodrigo B. Mansur, Albino J. Oliveira-Maia, Kayla M. Teopiz, Vladimir Maletic, Trisha M. Suppes, Stephen M. Stahl, y Joshua D. Rosenblat. “Psychedelics for the Treatment of Psychiatric Disorders: Interpreting and Translating Available Evidence and Guidance for Future Research.” The American Journal of Psychiatry 182, no. 1 (1 enero 2025): 21–32. https://doi.org/10.1176/appi.ajp.20230902

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